Recuerdo estar en el pasillo estrechísimo de la Gran California que alquilamos este verano y pensar: "esto no son vacaciones." Una vez más, me encontré en una situación que me recordaba la importancia de experimentar las cosas antes de idealizarlas.
He idealizado durante casi toda mi vida el viajar en caravana. Recuerdo la primera vez que hicimos un viaje largo en una partner camperizada de manera artesanal por Andrea. El viaje comenzó tomando un barco en el que pasamos dos días hasta llegar a nuestro destino. Recuerdo con gran claridad la camper que teníamos detrás en la fila para entrar al ferry; era de una pareja de unos cincuenta años y había sido preparada meticulosamente. Era perfecta.
Aquella imagen se me quedó grabada en la memoria porque, comparado con cómo íbamos a viajar nosotros, aquello era como viajar en el paraíso. Pura comodidad. Una comodidad que no conocí durante aquel viaje por Portugal, en el que estuvimos unas dos semanas viajando en una furgoneta hecha pedazos. Aquella odisea no la olvidaré jamás. Casi nos quedamos enterrados en la arena en medio de la nada pero nos tocó la lotería en forma de una pareja de alemanes con una camper cuatro por cuatro, altísima.
Así que este verano, con nuestro bebé, decidimos aprovechar la oportunidad y vivir nuestra primera aventura en caravana. Sí, es muy cierto que todo era un trabajo. Cosas básicas como moverse, mantener el orden, cocinar, encontrar donde dormir, eran un trabajo tremendo, sobre todo para dos personas que no duermen de corrido desde hace un año. Pero al final ha sucedido lo que imaginaba: ahora lo que brilla es todo lo bueno que vivimos.
Arranco septiembre con el aprendizaje de no idealizar nada, de probar una y otra vez hasta encontrar lo que funciona, de seguir buscando el equilibrio y de tomar decisiones de a poco.
No vamos a comprar una casa en el campo sin haber vivido primero unos meses en una. No vamos a comprar una casa en el centro de la ciudad sin saber si hay una vía principal cerca por la que oyen sirenas día y noche. No voy a dejar todo lo que he cultivado en los últimos años simplemente porque estoy cansada; voy a intentarlo de nuevo.
Bienvenido septiembre.
Y yo voy a leerte de nuevo. Mataciones, véase el nuevo concepto de vacaciones con calor y bebotes. Te abrazo