He terminado descubriendo que algunas cosas que aparentaba ser eran una máscara. Ahora sonrío si echo la vista atrás y reconozco lo absurdo de construir máscaras que oculten la verdad: lo que realmente siento, mis miedos, mis vacíos.
Empecé a escribir esta newsletter hace un año porque necesitaba expresarme de una manera que no cabe en el día a día. Crear un espacio donde plantear preguntas e ideas para encontrar las respuestas que necesitaba. Pero ocurrió algo inesperado, el proceso de escribir y publicar me intoxicó de una necesidad inmensa de señales del exterior.
Necesitaba que alguien me dijera que tenía sentido lo que escribía, ante la falta de respuestas, me fui desinflando. Me hice pequeña y caí de nuevo en un lugar oscuro que conozco bien: el lugar donde nada tiene sentido y nada merece mi esfuerzo.
Llevo toda mi vida mirando en el sentido equivocado para descubrir lo que realmente quiero. Por fortuna estoy —por fin— aprendiendo a hablar conmigo misma.
Con esta carta quiero inaugurar esta nueva temporada de la Newsletter y de mi vida. Pronto habrá un nuevo formato que espero que resulte brisa fresca.
Un abrazo.
Me encanta volver a leerte! Este mundo de redes sociales, tan rápido y donde recibimos mil estímulos no nos permite pensar en nadie más que nosotros. Digo esto porque siempre que leo tus textos me siento muy identificada, son como una caricia, porque siento que un nudito de mi se desenreda al dar palabras a cosas que pienso, o que ni siquiera sabia que existian en algun lugar de mi cabeza, y leyendo este post, me da pena, con lo mucho que me han gustado tus textos, no haberme parado a escribirte lo inspiradores que me parecen, lo mucho que acompañan, o los nudos que desatan en mentes ajenas. Conclusion: siento esta etapa que has pasado, siempre habrá gente en silencio admirando lo que haces aunque no los escuches, no se si eso te reconforta, pero me apetecia decirtelo.
Una maravilla leerte, este regalo de domingo tan preciado👏✨👏