Hablar de retos suena inspirador. Es fácil imaginar el punto de partida lleno de entusiasmo y la meta como una recompensa merecida. Pero entre ambos hay un camino que necesita algo más que intención, porque la voluntad y el esfuerzo, por sí solos, no siempre son suficientes.
El contexto importa. El país donde naciste importa. La familia en la que naciste importa. Si eres hombre o mujer importa. El nivel de privilegio que tengas importa. En mi caso, para poder escribir todos los días, debo reconocer que estoy en una situación que, aunque no ideal, tiene ciertas ventajas que inclinan la balanza a mi favor.
Mi pareja, el padre de mi hijo, está de vacaciones. En Marcuria me da una base sólida para trabajar. Voicepal me ha permitido acumular más de veinte borradores esperando ser pulidos. Y ChatGPT se ha convertido en mi fiel corrector.
Cuando pongo todo en perspectiva, veo lo evidente: este contexto es un privilegio. Si no tuviera estas condiciones, no me habría aventurado a intentar publicar todos los días, por muy feliz que me haga, por mucha intención y voluntad que le ponga. Las circunstancias importan, y avanzar es, en parte, una cuestión de suerte, apoyo y contexto.
Pero no quiero restarle peso al trabajo. Pulir los borradores, sentarme a escribir y atreverme a terminar lo que empecé requiere constancia y esfuerzo. Sin embargo, esta vez puedo permitirme intentarlo porque no estoy cargando sola con todo lo demás. Y creo que es necesario hablar de esto. A menudo, vemos los logros de los demás como si fueran fruto exclusivo de su esfuerzo y olvidamos mirar el contexto que los hizo posibles.
Antes de enfrentarte a un reto, es necesario cultivar un contexto favorable. No siempre podemos elegir nuestras circunstancias, pero sí podemos, cuando las condiciones lo permiten, construir un entorno que haga el camino un poco más amable.
Así que me retracto —un poco— de lo que escribí en mi primer post. No se trata solo de intención y voluntad. Se trata también de crear un contexto, de buscar apoyo, y de rodearte, siempre que sea posible, de aquello que te impulse en lugar de frenarte.