
Discover more from Minutos para el absurdo
Fue en el mes de mayo cuando al salir de terapia compré “Niadela” de Beatriz Montañéz. Fue en este mismo mes que la propia Beatriz se aventuró a vivir en una cabaña en medio de la nada. En mayo, para afrontar una situación que no sabía cómo gestionar, decidí irme unos días sola a una casita en el campo.
Es este mayo de 2023 cuando tenía pensado volver sembrar y cultivar esta Newsletter.
“Quiero vaciarme, formar parte de lo abierto: liberarme del deseo que me hace humana, ser fantasma por un tiempo.”
— Beatriz Montañez
Hace poco más de un año, cuando empecé a escribir esta newsletter, mi vida se encontraba en punto muerto. Estaba perdida, sin saber qué hacer o a dónde ir. Iba camino de un año sin trabajar y mis ahorros se consumían a un ritmo vertiginoso. Ese era mi único foco y no ayudaba demasiado.
Mirando hacia atrás, puedo ver mi desesperación en aquel momento. No fui precisamente amable conmigo misma, me sometía a una presión innecesaria y la dureza con la que me trataba no hacía más que empeorar las cosas.
Comencé a escribir esta newsletter sin un objetivo concreto, sólo quería contar lo que estaba viviendo. En retrospectiva, reconozco que fue una buena idea, algo a lo que aferrarme. Lo que ocurre es que nunca pensé en quien está al otro lado, en lo que tu necesitabas o querías leer.
Siento que he estado escribiendo bajo un disfraz, repitiendo una historia una y otra vez. Y aunque supongo que no hay nada malo en ello, siento la necesidad de cambiar.
Ha sido esta necesidad de cambio la razón de mi silencio en los últimos meses. Hasta que me he dado cuenta de que estaba cometiendo el mismo error de siempre: no dejaba que las cosas pasaran naturalmente, pretendiendo controlarlo todo.
Ahora me encuentro en un punto de mi vida donde quiero convertirme en la mejor versión de mí misma. Estoy embarazada de 26 semanas y el parto es una fecha límite. Tengo miedo, sí, pero también una ilusión que nunca antes había sentido.
He vuelto a ser autónoma, y a pesar de lo complicado que me resulta algunos días, estoy convencida de mi decisión. Porque algo ha cambiado en mí, ya no me pregunto si soy capaz, ahora me repito cada día a mí misma que si lo soy.