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“No dejaremos de explorar y al final de nuestra búsqueda llegaremos a donde empezamos y conoceremos por primera vez el lugar.”
—T. S. Eliot
Me atreví. Abrí la puerta de la habitación que había tenido cerrada a cal y canto tantos años. Me había acostumbrado a ignorar todas las alarmas que habían estado sonando ahí dentro, avisando que así no.
Tanto tiempo sin seguimiento. Tanto tiempo sin supervisión. Empezar a revisar cada una de las alarmas resulta abrumador. Hace falta tiempo y calma. Un tiempo que no sobra cuando la vida se nos pasa a velocidad de vértigo. Una vez terminada la jornada de supervisión, voy delante del espejo. Empiezo a quitarme las corazas, las carcasas, una a una. Por primera vez veo las heridas con claridad: una quemadura en el pecho, una herida supurando en la garganta, estoy llena de ellas. ¿Cuánto tiempo llevan ahí? Tantos años con estas heridas abiertas. Las lavo, las observo, las cuido. ¿Cuánto tardarán en sanar? Ojalá poder saberlo, saber cuándo me voy a sentir preparada.
Vuelvo a mirar al espejo. Parece que el dolor que siento algunos días cobra sentido. Mi rechazo a la oscuridad vestida de normalidad, la oscuridad que no deja ver, que confunde, que hace todo más complicado. Pero —y este es un buen pero— he sentado las bases de una convicción mayúscula, ahora quiero luz.
#29 A cal y canto
cuando reconoces tu oscuridad empiezas a ver tu luz y a brillar... eres una trabajadora de luz.. que bueno leerte!
Valiente África!
"La puerta más difícil del oráculo del sur es la segunda, la puerta del espejo, la que nos enfrenta a quienes somos en realidad, en la que muchos valientes descubren que en realidad son cobardes" - La Historia Interminable
💚🤗