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#26 "Sin ti un día dura tres otoños"
La primera biblioteca que conocí en mi vida fue mi madre. Así empieza Antonio Basanta el capítulo La pasión de leer en su libro Leer contra la nada.
Estaba paseando por la tienda del Centre Pompidou Málaga y me tropecé con un escaparate de libros. Cuando ojeos libros que no conozco y no estoy buscando, siempre tengo el mismo modus operandi: lo ojeo, leo las primeras páginas, y si me emociona, le dedico el tiempo suficiente para leerlo, investigarlo y quedármelo.
La primera biblioteca que conocí en mi vida fue mi abuelo. Echo de menos que alguien me mire con sus ojos, ¿era curiosidad? No lo sé, lo que si sé es que me hace un falta inmensa. Hay mañanas, como la de hoy, que me consume no contar con él en mi vida. No poder hablar de hacia dónde deriva la humanidad con él, que me cuente que esto ha pasado antes, que la historia humana es cíclica, que leer nuestra historia es primordial para entender el mundo.
Mi abuelo nunca perdió la ganas de vivir, nunca la perdió la curiosidad, ni nunca perdió el optimismo. Todavía se me inundan los ojos de lágrimas al pensar en él. Más de siete años sin ti, y mira que olvido casi todo, pero recuerdo tantas conversaciones contigo. Qué regalo tan bello me hiciste.