#24 “Sigue tu corazón”💔
La cultura romántica vende un impulso irracional como la solución a una decisión compleja. La realidad es más cruda, si continuas siguiendo tu corazón —a excepción de que seas una persona criada por seres de luz o completamente deconstruida— es casi seguro que cometerás errores.
El amor es una habilidad y como tal hay que aprenderla.
Cómo amamos de adultos está sustentado por experiencias infantiles. Salimos a buscar pareja “siguiendo a nuestro corazón” creyendo que “el amor verdadero” nos hará felices, cuando lo que realmente hacemos es salir a buscar parejas que nos resultan familiares.
Incluso, en ocasiones, dicha familiaridad puede confundirse con formas particulares de tortura. Es más, las personas que no nos parecen interesantes, son aquellas que no tienen la capacidad de hacernos sufrir —en la forma en la que creemos que tenemos que hacerlo—.
Como un niño cree de sus padres, queremos que el amor verdadero adivine lo que hay en nuestras mentes. Pocas creencias son más equivocadas que creer que otra persona puede saber lo que pensamos. De hecho, no nos disgustamos con cualquiera, nos disgustamos con las personas que creemos que deberían entendernos, y por alguna razón deciden no hacerlo.
— ¿Te pasa algo?
— Nada, no me pasa nada.
— Venga, se nota que te pasa algo, ¿qué sucede?
— Nada.
Queremos que lean nuestra alma. Esperamos con ansia a personas que entiendan lo que sentimos. Y cuando alguien nos intenta decir algo incómodo o negativo sobre nosotros, la tendencia es interpretarlo como un ataque, un rechazo o una humillación.
¿Por qué resulta tan complicado asumir nuestra vulnerabilidad? Decir: te necesito, necesito que me cuides, necesito que me quieras. Esperando un amor que no atienda a condiciones, un amor que solo puede venir de una/o misma/o.